El silencio...

El silencio...
...debe romperse

domingo, 20 de abril de 2008

UNE LIAISON PORNOGRAPHIQUE (1999)

Una Relación Pornográfica
Director: Frédéric Fonteyne
Guión:
Philippe Blasband
Protagonistas:
Nathalie Baye, Sergi López
País: Francia, Suiza, Bélgica, Luxemburgo.
Duración: 80 minutos.
Año: 1999.

El título “Una Relación Íntima” no prometía mayor cosa y el afiche – publicado en el ya acabado teatro Radio City de la carrera 13 # 41 – 28 en Bogotá – evocaba esas películas a medio camino entre el porno y el así llamado “cine – arte” como Bilitis, La Historia de O o Las Edades de Lulú. El título original, escondido en la parte inferior del cartel, era un tanto más agresivo y honesto: Una Relación Pornográfica. Como era una tarde de cine compré la boleta y entré a verla. Me arriesgué a ver un film promocionado como película para adultos y me encontré con una película adulta. Contada de una manera sencilla y directa, con actuaciones precisas y bien dirigidas, “Une Liaison Pornographique” es una película equilibrada desde el punto de vista formal y argumental. Su director Frederic Fonteyne acude a la espontaneidad de los actores, incluso a sus rasgos más naturales para enfatizar su humanidad, la universalidad de su soledad y sus necesidades.

“Une Liaison Pornographique” cuenta la historia de una mujer y un hombre de unos 40 años que se conocen por medio de un contacto en una revista pornográfica; inicialmente acuerdan que sólo habrá sexo entre los dos. Cada jueves se encuentran en un café con el único compromiso de tener sexo en un cuarto de hotel al que no tenemos acceso. Más que acción la película tiene diálogos. Vemos los rostros de los personajes al hablar de sus intimidades y percibimos su complicidad con la cámara. Los diálogos evidencian la humanidad de dos personas que aunque en principio están dispuestas a asumir una “relación pornográfica” (en palabras de la protagonista), descubren que el cumplimiento del deseo sexual no es suficiente. Para cada uno de ellos, el cuerpo del otro deja de ser un mero instrumento.

En medio de la fantasía sexual, que ellos celebran cada jueves como un ritual, aparece la realidad: un anciano desconocido, quizá tan anónimo y solitario como ellos, muere en uno de los pasillos del hotel. La conversación con su viuda les muestra una relación descompuesta por los años, los cuestiona sobre el implacable paso del tiempo y la consecuente transformación de los sentimientos. Esto los obliga a tomar una posición con respecto a su propia relación. En el penúltimo encuentro es evidente, a través de las palabras de ella y el llanto de él, que ambos están enamorados. Pero no basta con el amor para ponerse a salvo de los efectos de la rutina o la convivencia diaria. Una relación más estrecha que el simple encuentro de los jueves va a requerir sacrificios que podrían resultar inútiles. Los testimonios finales al entrevistador (oculto para el espectador) ponen de manifiesto el miedo de los protagonistas. No hay una señal que les muestre el camino y deciden que es mejor separarse. En ése momento resulta claro para ambos que toda la belleza de su relación desaparecería al dar un paso más.

Es habitual que las personas solitarias sean vistas con desconfianza; se les suele considerar, de alguna manera, incompletas. La película nos deja la sensación de que es posible asumir la soledad como una opción de vida válida. Hoy en día, gracias a Internet, los contactos en revistas se usan cada vez con menos frecuencia. ¿Por qué la gente acude a estos medios para conocer a alguien? Se puede pensar que es a causa del temor a la soledad o al rechazo. Quizá se trata de personas que no tienen nada que perder. ¿Acaso puede ser el simple gusto de tener sexo sin compromiso?