El silencio...

El silencio...
...debe romperse

domingo, 30 de noviembre de 2008

EASTERN PROMISES (2007)

Promesas Orientales: Ayúdate que yo te ayudaré.
Director: David Cronenberg
Guión: Steven Knight
Protagonistas: Naomi Watts, Viggo Mortensen, Vincent Cassel
País: Reino Unido, Canadá, Estados Unidos.
Duración: 100 minutos.
Aunque “Eastern Promises” equivale a “Promesas Orientales”, se tradujo aquí como “Promesas Peligrosas” y esto suena redundante porque toda promesa encierra el peligro de que no se cumpla, incluso cuando el que promete tiene toda la intención de ser fiel a su palabra. Es una película que nos cuenta cómo en un mundo hostil, aún es posible que un ser humano se conmueva por la suerte de otro, sin que medien lazos afectivos o familiares. Comienza con Tatiana, una adolescente rusa embarazada que llega a un hospital en un estado tan lamentable que sólo es posible salvar a su bebé. Desde el principio vemos las dos caras de la moneda, la crueldad humana que acabó con la vida de Tatiana y la solidaridad de Anna, la doctora que la atiende y se obsesiona por entender lo que ocurrió, por honrar de alguna manera su memoria. La única pista con la que cuenta es un diario escrito en ruso, que funciona como el hilo conductor de la primera parte de la historia.

Las imágenes tienen una textura particular; en medio de un silencio matizado por suaves melodías aparecen los elementos de la historia y, como un personaje más, las tradiciones rusas; con ellos la sensación de que Anna se está involucrando con un enemigo mucho más grande de lo que puede imaginar y enfrentar. Anna es un poco como Clarice Starling (de “El silencio de los corderos”) o como Alicia (de “La Historia Oficial”), mujeres comprometidas con el destino de alguien más, buscando salvarse a sí mismas. ¿Cómo se establece ese compromiso? ¿Hasta donde se está dispuesto a llegar? “Eastern Promises” reflexiona sobre la condición humana y se interroga qué tan cierto es eso de que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe. Quizás la bondad y la maldad no sean más que el producto de un acto reflejo o de un mecanismo de defensa. Son las circunstancias las que condicionan los actos, que son consecuencia de lo que aprendemos, de lo que queremos, de las tradiciones con las que fuimos educados o la brutalidad de la que hemos sido víctimas.

Anna puede ser débil, pero no pierde el carácter. Los protagonistas de esta historia saben que encontrar lo que uno quiere puede requerir grandes sacrificios. Nikolai, por ejemplo, está dispuesto a meterse en las venas de su enemigo, ganarse su confianza y hacerse parte de él: convertirse en eso que quiere combatir. No se trata de una simple exhibición de coraje. No es sólo vanidad: hay allí una razón más profunda que pone en juego la propia vida y la esperanza de que alguien más pueda beneficiarse. Al fin y al cabo si hay tantas víctimas anónimas de la maldad ajena ¿no podría haber también “beneficiarios anónimos” de la bondad de alguien más? Como en la caja de Pandora, en el fondo permanece la esperanza. Hay un amor por la vida que de alguna manera guía a los protagonistas. Si bien se enfrentan a enemigos poderosos, tienen también poderosos aliados, nos comunican un profundo respeto por la vida y una sincera intención de construir un lugar en el mundo y así, hacer del mundo un lugar habitable.

La historia de Tatiana nos abre los ojos sobre el fenómeno del desplazamiento en el primer mundo. Observamos que en todas partes hay campesinos inconformes que sueñan con un futuro mejor o con la oportunidad de tener una vida tranquila. Ellos emigran a las grandes urbes para descubrir, en la mayoría de los casos, que los sueños son eso: sueños. Puesto que el pez grande se come al chico, siempre habrá personas dispuestas a aprovecharse de la debilidad de las personas que sólo tienen ilusiones para enfrentarse al mundo.

De manera pausada y lineal, David Cronenberg nos presenta una historia sobre las cosas que dejan huellas imborrables en nuestra historia personal. ¿Otra vez? Quizá, pero el cine puede contar una y otra vez la misma historia de modo que el espectador sea quien la complete con su visión personal del asunto. En esta película aparece la inútil brutalidad de la violencia física, pero también el sentido de la solidaridad. La posibilidad de que un sacrificio salve realmente una vida.

viernes, 17 de octubre de 2008

THE AGE OF THE INNOCENCE (1993)

La Edad de la Inocencia: luchar contra la corriente.
Director: Martin Scorsese
Guión: Jay Cocks basado en la novela de Edith Wharton.
Protagonistas: Daniel Day-Lewis, Michelle Pfeiffer, Winona Ryder
País: Estados Unidos.
Duración: 139 min.

Dicen que en la guerra como en el amor todo se vale: no hay reglas ni obstáculos. Pero el amor es, se quiera o no, un acto social y como tal se vuelve una guerra contra la sociedad. La sociedad se encarga entonces de las reglas y los obstáculos. La sociedad no entiende de sentimientos, se convierte en el acusador, señala con el dedo sin el más mínimo interés por las personas involucradas. ¿Con qué derecho se acusa y se habla de las acciones y sentimientos de los demás? Dice Quevedo: “¡Qué bien damos consejos y razones lejos de los peligros y ocasiones!” y es verdad, cuando no se trata de nuestra piel sabemos la teoría completamente. La sociedad hecha para protegernos y albergarnos, fabrica una cantidad de reglas que no siempre sirven para hacernos mejores, que a veces ni siquiera nos permiten ser plenamente lo que somos. La ciega obediencia y el paso del tiempo nos convierten en personas feas y frustradas: tratando de buscar un espacio donde encajar olvidamos construirnos un espacio propio y descubrimos un día que estamos totalmente fuera de contexto.

¿Es coraje? ¿Personalidad? ¿Carisma? Sea como sea que se llame uno debe decir lo que siente, uno debe actuar de acuerdo con lo que uno es. Quizá el único patrimonio que nos queda al final de la vida es haber sido consistentes con nosotros mismos. Señalar es muy fácil, pero ser señalados requiere valor para enfrentarse a todo el mundo, para entender que el tan comentado “libre desarrollo de la personalidad” no es un pecado, no es un delito. Pocas cosas tan difíciles como perdonarse a sí mismo y este es apenas el primer paso. Se puede uno gastar toda una vida tratando de entender que se debe ser fiel a uno mismo y no a unas reglas arbitrarias que se hicieron sin tenernos en cuenta. En efecto, el mundo es mundo sea que uno esté o no en él. Nadie se interesa por las causas de nuestras acciones, el genuino interés por el otro no está contemplado por las reglas de nuestra sociedad, que sólo pretenden uniformizar nuestros comportamientos, convirtiéndonos en autómatas que actúan por simple repetición.

El amor es a veces una de las formas más puras del egoísmo. Lo que decimos sentir por el otro nos hace ciegos a sus gustos y sus deseos. Llega un momento en el que no importa qué es lo que la pareja quiere, basta con lo que uno quiera y de ahí en adelante el fin justifica los medios: las convenciones sociales se pueden volver un arma para triunfar sobre el deseo del otro, que es también una manera de dominarlo, de asegurar la posesión. Las convenciones sociales convierten el amor en un compromiso y no simplemente un sentimiento. Los gustos personales pasan a un segundo plano, la sociedad no perdona las contravenciones, no perdonan que alguien salga dañado si uno decide seguir su deseo o su verdadero amor.

La sociedad está presente en el momento de vigilar, atacar y acusar. Pero una vez uno cede se da cuenta de que la sociedad nos engaña y nunca da soluciones. La solución muchas veces es el sacrificio y con ello volvernos mártires de nosotros mismos a beneficio de nada porque ese tipo de cosas nadie las ve y nadie las evalúa. Nadie nos va a premiar por echar nuestra vida por la borda. Solamente queda el desamparo, la resignación de llevar la procesión por dentro.

Se puede acusar a “La Edad de la Inocencia” de ser una película “preciosista” por su impecable armonía visual. La cámara nos muestra con exactitud todo el estilo de la época . El guión es dilatado, preciso y precioso. La belleza de la narración nos guía hacia un universo que cuidaba la forma en exceso, quizá tanto como cualquier otra época. Toda esa belleza sin embargo es contradictoria, a pesar de ella los interiores de los personajes principales están llenos de dolor, soledad y frustración. Dicen por ahí que"es más importante parecer que ser", lo que no se dice por ahí es todo el dolor que ese principio encierra. Uno debe estar dentro de los parámetros de la sociedad y debe ser una buena persona, pero eso no significa que uno deba obligarse a ser lo que no quiere por conservar las apariencias y no dar de que hablar. En la vida hay mucha belleza y mucho espacio como para encerrarse en convencionalismos, más adecuados para adiestrar animales que para gobernar a los seres humanos.

Las películas de Martin Scorsese son intensas, a veces saturadas de detalles. Sin embargo cada detalle es indispensable porque nos ayuda a comprender los elementos de la historia.. Es un director que se toma su tiempo porque sabe muy bien de lo que está hablando. Improvisa poco. El alto nivel de su dirección siempre nos deja la sensación de que hemos visto algo grande, personal y muy contemporáneo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

DANGEROUS LIAISONS (1988)

Las Relaciones Peligrosas, dime con quién andas y te diré quién eres.

Director: Stephen Frears
Guión: Christopher Hampton basado en la novela de Choderlos de Laclos
Protagonistas: Glenn Close, John Malkovich, Michelle Pfeiffer.
País: Estados Unidos, Reino Unido.
Duración: 119 min.

Somos seres imperfectos. Avanzamos por la vida como por una cuerda floja, nunca sobre seguro. La imperfección nos ayuda a vivir, claro, pero hace que a veces deseemos morir. Hace que cuestionemos nuestra autenticidad, nuestro lugar en el mundo. Nuestra imperfección es el hogar de nuestros demonios interiores, esos que queremos exorcizar; es el hogar de nuestras obsesiones, la copa que contiene todo nuestro veneno. Cada uno se enfrenta a ese infierno con lo que tiene a mano. Mientras unos se castigan todo el tiempo, hay quienes se convencen de que el mundo les debe algo y se las ingenian para obtenerlo a toda costa. Sus demonios interiores los enseñan a manipular y pronto aprenden que “el fin justifica los medios”. ¿Es esto la maldad? Los seres “malos” tienen también sentimientos, ocultan un profundo dolor y una frustración que demuestran (si se puede llamar así) de una forma animal, haciendo daño a otros para no hacérselo a si mismos.

La historia de Relaciones Peligrosas es agresiva y violenta. No es un guión que pretenda dar ejemplo, no nos ayuda a respetar o amar. Nos abre los ojos sobre la inmoralidad de las personas, sobre la desdicha que se puede cernir sobre nuestras vidas de buenas a primeras, sin que hayamos hecho nada para merecerlo. A pesar del final, que puede tener un cierto tono de moraleja, enseña que es posible vivir bien rompiendo todos los parámetros de la rectitud. La marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont se sienten dioses, para ellos el orgullo no puede esperar, no están dispuestos a recibir un segundo lugar. La hipocresía que oculta sus oscuras intenciones, les servirá también para ocultar sus lágrimas; han aprendido a ocultar la angustia y el dolor porque son muestra de debilidad.

Observamos en esta película el contraste que existía entre las clases sociales de la época, un profundo desequilibrio que años más tarde desembocaría en la Revolución Francesa. Los protagonistas no ganan el pan con el sudor de su frente. ¿Cómo pasar el tiempo? Algunos, como Madame de Tourvel, optan por la espiritualidad y el recogimiento; sin embargo el nuestro no es un mundo de santos y así hay quienes piensan que vale la pena divertirse a costa de otros. Si en el camino se destruye la paz o la vida de alguien más, se trata de daños colaterales. El ocio y la obsesión por el sexo son enfermedades tan antiguas como la condición humana; sin obligaciones concretas, sin tener nada más en qué pensar, la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont terminan siendo simples títeres de sus propias pasiones, aunque se crean los titiriteros.

La película es una verdadera joya visual. Cada fotografía está construida con precisión, transmite el espíritu de la época, decadente y refinado. Las actuaciones son magistrales, basta observar la evolución de Glenn Close, cuya imagen abre y cierra la película; la exactitud en la elección del reparto es sorprendente. Una dirección armoniosa al compás de una música que es cómplice de cada escena, hacen de Relaciones Peligrosas una película realmente digna de verse por el gusto exquisito con el que fue elaborada. Sin embargo su belleza no pretende engañarnos; al final sentimos que no estamos a salvo: algo o alguien más está dirigiendo los hilos y eso puede tener consecuencias fatales.

viernes, 19 de septiembre de 2008

ATONEMENT (2007)

Expiación, deseo y pecado: las letras no hablan.

Director: Joe Wright
Guión: Christopher Hampton basado en la novela de Ian McEwan
Protagonistas: Saoirse Ronan, James McAvoy, Keira Knightley.
País: Reino Unido, Francia.
Duración: 123 minutos.

A veces pareciera que estamos hechos de palabras. Un nombre propio nos inscribe en el universo del lenguaje y, a partir de entonces, olvidamos con frecuencia que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Lo cierto es que estamos hechos de carne y hueso y las palabras nos hacen daño. Se puede decir “amor” pero no es posible explicar lo que amar significa. ¿Cómo explicar que en el corazón no manda nadie? ¿Cómo explicar que cuando se ama el cerebro deja de funcionar? Es el sentimiento el que asume el mando. Y las palabras tienen muy poco poder de explicación.
Briony Tallis a los 13 años ya es una escritora. El suyo es un mundo de palabras, sus cuestionamientos son diferentes a los de las personas que lo rodean. Se ilusiona más fácil y por eso quizá sus ilusiones son más frágiles, por ello es mucho más sensible al dolor. Su reacción es infantil, si, pero eso no tiene nada que ver con su corta edad. Todos somos como niños cuando nuestras ilusiones se rompen. Su ira contenida desencadena una tragedia, la historia que cuenta Atonement. Se trata de un guión bellamente contado. La película plasma toda la elegancia y la educación propias de la cultura inglesa. Es la historia de un secreto que se nos revela paulatinamente. Brionys está enamorada, se trata de un amor platónico, un amor ajeno. Ella no está dispuesta a vivir ese amor si no puede poseerlo y esto hará que su amor se vuelva otra cosa, causando un profundo daño en todos los protagonistas.
La canción de Alaska y Dinarama recuerda que es difícil pedir perdón. Después de todo, ¿qué significa perdonar? Perdonar no significa olvidarse de todo por completo, eso es imposible. Cuando uno hace daño no puede esperar que el simple gesto de pedir perdón cierre milagrosamente todas las heridas. Por difícil que sea pedir perdón siempre es más fácil que evitar ceder a nuestros impulsos y causar daños irreparables, de los cuales a veces no somos concientes. ¿Con qué derecho pedimos perdón, si ni siquiera sabemos el alcance de nuestras acciones? El daño que uno causa puede dejar secuelas que son como ecos de gritos que nunca terminan.
Brionys actúa por impulso. A su edad puede intuir, al menos vagamente, las consecuencias de sus acciones. Ella es escritora, en cierto sentido una clarividente. Como creadora de historias puede manipular las cosas y, quizá, salirse con la suya. No quiere sufrir por no ser amada, pero tal sufrimiento es inevitable. Descubre que haga lo que haga no podrá llenar el vacío de su corazón. Se cree a sí misma una juez y toma una decisión apresurada, que la afectará incluso a ella. Dedicará el resto de su vida a purificar sus recuerdos, a limpiar las pesadillas que, a la manera de una diosa, ella misma ha creado.
Atonement no nos dice lo que el perdón es, pero nos da una idea de lo complejo que puede ser el proceso de perdonar. Es el amor lo que preside este proceso, sólo un amor auténtico es el verdadero guía para drenar el sufrimiento y lavar las culpas. A veces el hecho de perdonar o pedir perdón ni siquiera tiene sentido, depende de la magnitud del daño. Depende también del tiempo, que definitivamente no perdona. El acto final de Brionys puede pensarse como un acto de amor. Pero lo cierto es que es un acto que no hace feliz a nadie, un acto hecho de palabras que ya no pueden curar. Es demasiado tarde. Las letras no hablan, no abrazan y no secan lágrimas. Con las palabras se pueden moldear realidades, se pueden crear fantasmas pero la realidad nos duele lo mismo, aunque no seamos capaces de verla tal cual es.

martes, 9 de septiembre de 2008

LA HISTORIA OFICIAL (1985)

En el país del “no me acuerdo”.
Director: Luis Puenzo
Guión: Aída Bortnik, Luis Puenzo
Protagonistas: Héctor Alterio, Norma Aleandro
País: Argentina
Duración: 112 minutos.

Una visión política comprometida requiere que uno tenga una posición clara. No significa necesariamente que uno deba adherirse a un partido pero, si es así (sea en la derecha, en la izquierda o en el centro) uno debe hacer una elección conciente, conocer en qué bando está, qué ofrece, cuáles son sus intenciones y qué papel juega uno en él. De alguna manera son las tradiciones familiares u otros factores los que determinan a que facción termina perteneciendo uno. Pocas veces se trata de una elección crítica. ¿Qué tan peligroso puede ser esto? Lo cierto es que la política es un asunto de todos y descuidar el asunto tiene consecuencias que tarde o temprano nos terminan afectando.
“La Historia Oficial” nos presenta a Alicia, una mujer correcta, una buena madre y una esposa ejemplar; parece que es una buena profesora de historia, tiene buen gusto y es una buena conversadora, en definitiva una buena persona, “gente de bien”. Es una mujer culta pero también es una mujer encerrada en su burbuja y, como dice su esposo, no ve más allá de sus narices.
La vida de un país es muy compleja. No se puede estar informado de todo cuanto pasa en él. La dificultad de los problemas que un país debe resolver no nos exime de hacer cuanto esté a nuestro alcance para ayudar y ello requiere una visión amplia "más allá de nuestras narices". Requiere un esfuerzo genuino por evitar que la indiferencia y la inocencia se vuelvan cómplices de la violencia, el dolor y la brutalidad. Uno debe percibir que el de uno no es “el mejor de los mundos posibles” y no ser sordo al sufrimiento ajeno. Es el principio básico de la solidaridad.
La situación política de un país siempre tiene detractores y defensores. Por popular que sea un gobierno siempre habrá opiniones en contra y a favor, opiniones que a veces no son lo suficientemente razonadas. Alicia está del lado que siempre estuvo, mas nunca le importó lo que ese lado le ofrecía. Para ella todo cuanto recibió estaba bien y por lo tanto el país estaba bien. Como se dice muchas veces “aquí no ha pasado nada”. Es víctima de una confortable ceguera. Después de ver que detrás de esa armonía total hay dolor, desolación, tristeza y desesperanza ella reacciona y se da cuenta de lo ingrato y lo egoísta que es estar dentro de un bando que no sabe exactamente para donde va. Un bando que no sabe lo que quiere pero está dispuesto a cualquier cosa para conseguirlo.
Sin saberlo ella duerme con el enemigo. Sin saberlo está criando una víctima inocente de la violencia y la injusticia. Todos a su alrededor lo saben pero ella, con la certeza de estar en el lugar correcto, leal a su partido, parece hacerse la de la vista gorda (eso podrían decir sus vecinos). En el fondo ella si era inocente de todo cuanto estaba pasando. Una de las escenas más bellas y reveladoras de la película nos muestra como se empieza a caer la venda de los ojos de Alicia cuando, al enterarse del sufrimiento de su amiga bajo la dictadura, comienza a darse cuenta del infierno donde vive. Un infierno en el que su propio esposo es un demonio con voz y voto.
Alicia no permanecerá impasible. Aunque haya pasado tanto tiempo no es tarde para darse cuenta de su situación, de lo equivocada que estaba y del daño que hacía. El tiempo lo dice todo, es el redentor y el castigador y el que da la consistencia a los acontecimientos. Alicia entiende cuan criminal es el enfrascarse en una sola idea o pensamiento. Una vez que logra ver con claridad, las acciones no se pueden hacer esperar.
El guión de “La Historia Oficial” sacude y cuestiona. Es simple y concreto porque casi se escribe solo. Habla de algo que pasó en el sur y que desgraciadamente sigue pasando hasta el norte del continente. Habla también de la impotencia que se siente al darse cuenta de que “una golondrina no hace verano”. Cuestiona sobre cómo la amnesia colectiva se hace cómplice de la barbaridad, pues el poder abusa de la inocencia y la manipula para ponerla al servicio de sus intereses.
Las actuaciones son muy humanas y concretas. Su director conoce el tema y presenta una historia que no pierde actualidad. Por cruel que parezca sigue ocurriendo. Mientras no nos sacudamos, mientras no miremos más allá y no se nos ocurra cuestionar la armonía que los gobiernos nos presentan, estaremos siempre viviendo el momento, en el país del “no me acuerdo”.

lunes, 25 de agosto de 2008

HEAVEN (2002)

En el cielo las nubes son sordas.

Director: Tom Tykwer
Guión: Krzysztof Kieslowski, Krzysztof Piesiewicz
Protagonistas: Cate Blanchett, Giovanni Ribisi
País: USA, UK, Francia, Alemania, Italia
Duración: 97 min.

En Heaven, el silencio es un protagonista. El silencio habla y dice mucho más que los parlamentos. Las imágenes y las expresiones nos revelan los elementos claves de esta historia sencilla y compleja a la vez, construida con exactitud matemática. Es un “thriller” elaborado con las precisiones propias del género. Sin embargo el silencio, el manejo del suspenso y la extraordinaria visión de Tom Tykwer (director de Corre Lola Corre y El Perfume) hacen de Heaven una película de emociones contenidas, que jamás alcanza un clímax explosivo.
No se trata sólo de la minuciosidad del guión. La cámara y la música son también exactas e indispensables para atrapar al espectador y hacerlo cómplice de Philippa, personaje interpretado magistralmente por Cate Blanchett. Quizá nos hemos sentido como ella, incapaces de aguantar más la indiferencia de la gente o la doble moral y la hipocresía de quienes dicen protegernos o representarnos. Pero son sensaciones momentáneas. Es un malestar que debemos olvidar pronto, tal vez porque no queremos hacer nada. Nos sentimos impotentes y eso nos vuelve realmente incapaces. No es el caso de Philippa, ella decide actuar. Su inexperiencia la llevará a cometer un error que no la dejará tranquila. Pero no por eso dejamos de admirar su osadía, involucrados ya con su causa.
No sabemos qué hay más allá del cielo. La cámara en Heaven nos sugiere que el cielo mira hacia abajo, que es un mudo testigo de lo que está pasando. Pero no hace, no puede hacer nada más. Son cosas de los mortales. Si es que hay una justicia divina no tiene jurisdicción sobre la tierra. Cada quien debe encontrar la mejor solución a sus problemas. Hemos confiado al cielo algo que sólo nos compete a nosotros. Hemos olvidado que sólo nos tenemos unos a otros para protegernos. Somos nosotros quienes debemos encontrar la solución de nuestros problemas, de la mejor manera posible.
Philippa es una asesina. También es la viuda de un drogadicto que murió por sobredosis. ¿Cómo confiar en ella? Es difícil creer en una mujer que parece haber enloquecido por el resentimiento. A primera vista Philippa no es más que una víctima de sus emociones, una mujer confundida, “sea como sea, es culpable”. Sin embargo Filippo confía en ella, sus razones nos son sugeridas a través de los gestos. Es amor, claro. Es solidaridad también, quizá el deseo de participar de su actitud valiente, de su deseo de hacer justicia. No alcanzamos a entenderlo completamente pero no importa porque la dirección es excelente. El tono íntimo con el que se nos narra la historia hace su final perfectamente plausible. Ellos están juntos, ahora sólo se tienen el uno al otro y sin saber qué hacer intentarán subir al cielo.
Heaven es un “thriller” sorprendente por su discreción. No aparece aquí el escándalo, la lluvia de balas o el ruido de los diálogos vacíos tan común en las películas norteamericanas del género. Tykwer convirtió este tipo de historia en un viaje de belleza interior, de dolor, desolación e impotencia por medio de dos seres callados. Quizá en el cielo las cosas son así, no se pueden entender completamente pero se perciben de tal forma que realmente las palabras sobran. En la tierra las esperanzas nos sepultan antes de verse cumplidas, quizá en el cielo no es así.. El cielo sabe que las nubes son sordas y los mortales indiferentes.

viernes, 22 de agosto de 2008

SHALLOW GRAVE (1995)

Tumba a Ras de la Tierra: "Un amigo es una luz"
Director: Danny Boyle
Guión: John Hodge
Protagonistas: Kerry Fox, Christopher Eccleston, Ewan McGregor.
País: U.K.
Duración: 93 minutos
¿Qué es un amigo? Hace unos años recibí una respuesta a esta pregunta en una esquela de adolescencia. Decía: “Un amigo es alguien con quien te atreves a ser tú mismo”. En aquella época parecía una respuesta satisfactoria. Después de todo con los amigos uno la pasa bien, aprende a aprender y empieza a identificarse o a definirse. Con los amigos se aprende también a vivir y a pensar. Se dice que la amistad que puede acabar nunca fue verdadera, pero la amistad es una construcción humana y por lo mismo tiene falencias. Sabemos que ningún amigo nos soportaría tal cual somos, al fin y al cabo una vida humana vista demasiado de cerca causa cierta repulsión. Así empezamos a calcular, a hacer sumas y restas, a determinar que nos conviene y a qué podemos atenernos. Con los amigos se pueden hacer muchas cosas, tomar muchos riesgos... Pero aún en la amistad más sincera hay límites. Juliet, Alex y David no son conscientes de ese pequeño detalle, esa es la historia de “Tumba al Ras de la Tierra”.
“No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”. Observar esta regla elemental podría ponernos a salvo del animal humano. No se trata de mero altruismo, es más bien una precaución sana, al fin y al cabo cada persona es una caja de sorpresas. Bien puede ser que esos seres débiles, de quienes a veces es tan fácil aprovecharse, tengan un as bajo la manga. Casi cualquier virtud humana, casi cualquier defecto, se puede convertir en un arma si se usa adecuadamente. Y en situaciones extremas uno es capaz de aprender lo que sea para defenderse.
Vivimos en un mundo capitalista. No en vano la codicia es uno de los siete pecados cardinales. Si todo se puede comprar, lo único que hace falta es tener dinero para adquirirlo. Si no se tiene entonces se desea tener. Si ya se tiene entonces aparece el anhelo de tener más, el afán de que nadie tenga lo que nosotros tenemos. La ambición rompe el saco y nos convierte en seres miserables, no por no tener sino por no saber qué hacer con lo que tenemos. Con el dinero jugando un papel tan importante en nuestras vidas, es fácil olvidarse de todo. La amistad es un accesorio decorativo, sólo es importante si se necesita. Las personas sirven y se tienen en cuenta cuando son útiles, pero cuando dejan de serlo es preciso desecharlas. Eso no significa que no las queramos, sino que ya no tienen lugar y no hacen sino estorbar.
Nuestra cultura cada vez valora más el hecho de que para ser respetado deba perderse todo escrúpulo. La moral o la lealtad pierden todo su valor cuando los bajos instintos se vuelven tan importantes. El dinero no sólo hace falta sino que puede conseguir la felicidad, así que no importa como llegue. La antigua regla de conseguir fortuna con sacrificio y trabajo nunca fue muy popular. Una vez se adquiere lo que no se tenía hay que volverse avaro y egoísta, no desperdiciarlo, no compartirlo. En ese momento los amigos sobran. Además siempre nos queda el consuelo de pensar que ellos hubieran hecho lo mismo de haber estado en nuestro lugar.
Esa es la historia que nos cuenta “Tumba a Ras de la Tierra” a través de un guión emocionante y cruel. Hay momentos de suspenso y otros en los que es inevitable reírse. A veces es una risa que quiere espantar el miedo: la historia es tan creíble que no podemos dejar de pensar ¿qué pasaría si yo...? Cada personaje aporta un matiz de complejidad, una cuota de realismo. Uno termina imaginándose que la amistad es una prueba de resistencia, una bomba de tiempo... ¿cuándo llega el momento? Quizá con el cinismo, quizá con el egoísmo... Quizá estallamos cuando la ambición es tanta que nos enloquece y entonces matamos y comemos del muerto. Esa misma ambición puede guiarnos también y convencernos de que somos lo suficientemente listos para tomar la sartén or el mango y manipular adecuadamente las fichas.
Como en “La Comunidad” este guión nos enseña que hay una sola oportunidad. La idea es pensar muy bien la jugada, mandar el zarpazo y ganar. Hay que estar dispuesto a aguantar lo que sea, pero eso sí: nunca perder la cabeza fría. Es una agradable sorpresa del guión que quien finalmente gana es el animal carroñero. En efecto el supuesto inútil y débil supo jugar bien su carta tuvo más astucia y sagacidad.
¿Hay una receta para la amistad? Por supuesto que no. Uno sabe que debe ser frío y cauteloso y que puede confiar hasta cierto punto, pero también sabe que es totalmente inútil tomar precauciones. Se puede actuar esperando siempre que pase lo mejor posible, pero con los pies en la tierra.

lunes, 11 de agosto de 2008

THE VIRGIN SUICIDES (1999)

Vírgenes Suicidas: La procesión va por dentro

Director: Sofia Coppola
Guión : Sofia Coppola, basado en la novela de Jeffrey Eugenides.
Protagonistas: James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst y Josh Hartnett.
País: U. S. A.
Duración: 97 minutos.

DOCTOR: ¿Qué haces aquí, cariño? Ni siquiera tienes edad para saber qué tan mala puede ser la vida.
CECILIA: Obviamente, doctor, usted nunca fue una niña de 13 años.

Dice el refranero popular que “el que es no deja de ser y guarda para la vejez”. En realidad se cambia mucho menos de lo que el paso de los años hace parecer. Lo que provoca el cambio de las personas es el simple descubrimiento de que cambiar es posible, ser capaz de imaginarse en una situación diferente. Sin ello no hay dolor intenso o aburrimiento que valga; las personas seguirán siendo las mismas, como muertas en vida, con las marcas del cuerpo como única evidencia del paso del tiempo.

Las niñas Lisbon no imaginan ya un futuro diferente. No les interesa. Que la vida sea buena o mala es lo de menos. Se puede seguir viviendo, claro. También pueden morir y así el suicidio, visto con tan malos ojos por la cultura occidental, se convierte en una alternativa válida. ¿Por qué esa solución y no otra? “The Virgin Suicides” no nos da mayores pistas al respecto. No conocemos las circunstancias exactas que rodean cada suicidio ni sus motivaciones. No sabemos si se hubiera podido o no evitar. Para el caso no nos interesa.

Los intentos de suicidio fallidos para llamar la atención pueden leerse como un deseo de encontrar un espacio propio. El suicidio es quizá la afirmación radical de que no se quiere pertenecer al mundo. Cecilia, Lux, Bonnie, Mary y Therese declaran que definitivamente no son de este mundo. Incluso el título de la película sugiere el carácter sagrado de estas cinco niñas, llamadas “vírgenes” menos por su castidad que por sus cualidades excepcionales. La casa de los Lisbon es un altar para estas niñas. Los cuatro muchachos que 25 años después nos cuentan la historia, son sus fieles devotos; su devoción es también una obsesión que nos contagia, que nos hace preguntarnos “¿por qué?” para darnos cuenta de que la pregunta es inútil, que ahora sólo está la ausencia, que el altar de las vírgenes es también un cadalso.

Las vírgenes no son públicas, están rodeadas de misterio y silencio. Están cargadas de responsabilidades ajenas, cada quien hace de ellas lo que necesita y las ama por diferentes razones. Develar su misterio destruiría el encanto. ¿Qué les esperaba a las hermanas Lisbon? Quizá convertirse en amas de casa convencionales, con una vida ordinaria que pusiera de manifiesto que no había nada de excepcional en ellas. Ellas se retiran en su “momento de gloria”.

Por supuesto esto no es más que una hipótesis. Una de las ventajas del guión, escrito y dirigido por Sofía Coppola, es que es un verdadero rompecabezas, sin pretensiones de ser otra cosa. No hay aquí “pequeñas lecciones humanas”, la película no deja el mal sabor de boca de una moraleja trasnochada.

La fotografía de las películas de Coppola es singularmente buena y “The Virgin Suicides” no es la excepción. Tanto el color y la textura como los encuadres construyen la ambientación de los años 70 de una manera impecable. Este respeto por la puesta en escena la convierte en un personaje con parlamento propio y la impregna de la nostalgia requerida por la historia.

lunes, 4 de agosto de 2008

CENTRAL DO BRASIL (1998)

Estación Central… o cambio de estación.

Director: Walter Salles
Guión: M. Bernstein, J. E. Carneiro sobre una historia de W. Salles
Protagonistas: Fernanda Montenegro, Marília Pêra, Vinícius de Oliveira
País: Brasil, Francia
Duración: 113 minutos

Querido Lector:

¿Hace cuánto que no recibe una carta? Los tiempos modernos nos han dejado sin cartas, sin sobres y sin estampillas. Las cartas escritas a mano dejaban espacio a la reflexión, tenían un tono mucho más personal, mucho menos uniforme. Una carta escrita a mano nos permite renovar la esperanza de que todavía es posible comunicar algo. ¿No nos hacen falta esos mensajes de esperanza?

“Central de Brasil” nos hace reflexionar sobre la forma en que lo que ha ocurrido en nuestra infancia o en nuestra juventud, condiciona nuestra vida adulta. Cada persona tiene diferentes grados de sensibilidad; hay quienes no pueden resistir el dolor que causa que todos los sueños se esfumen, que todos los ídolos se desplomen. Hay quienes para evitar el sufrimiento enfrentan la vida con una coraza de cinismo.

Dora es dueña de una melancolía que con el paso del tiempo y el calor de Río de Janeiro se ha convertido en un total escepticismo, una renuncia a la esperanza. Es una mujer vacía de afecto, que no quiere a nadie quizá porque siente que nadie la ha querido a ella. Su única alternativa es sobrevivir en un mundo donde el interés por nuestros semejantes tiende a desaparecer. Es una mujer falsa, como la imagen turística que poseemos de un Brasil de carnaval, donde no hay pobres y todos tienen la belleza y la felicidad del trópico.

“Central de Brasil” muestra en cambio un mundo de personas que sufren, que tienen sueños modestos que no mueren a pesar del infortunio. Ellos esperan que si las cosas no cambian, al menos no empeoren. Un Brasil grande y arenoso, pobre y feo. Un Río de Janeiro que nunca nos habíamos imaginado, con negocios tan raros como el de escribir cartas a personas que no saben leer, a personas tan anónimas y tan humanas que nos hacen recordar que Latinoamérica es un puñado de gente tan vulnerable como agresiva, que sigue estando viva. En medio de este panorama se encuentran Dora y Josué, quien es un niño que debe pensar como adulto, como el “hombre que cuida a la mujer”. Al principio será una atracción fatal para Josué que está solo en la vida y sufre la traición de Dora. Es el resto de humanidad que habita en Dora lo que permitirá que este encuentro se convierta en la oportunidad para ambos de dar una nueva perspectiva a sus vidas.

“Central de Brasil” es una historia de contrastes, una película muy triste pero esperanzadora. A pesar de lo pequeño que es el mundo nos podemos perder en él. A pesar de lo grande que es el mundo, se puede encontrar un camino a una vida más tranquila, a una felicidad menos espectacular pero más genuina. Dora es una mujer egoísta que, sin embargo, entrega todo para permanecer en el recuerdo de Josué. Quizá eso le permita a Josué llevar una vida más feliz que la de ella.
La música (conmovedora de principio a fin) y el guión (inspirado en una idea original de su director Walter Salles) nos lleva al interior de las almas de los personajes de este Brasil que los medios y los programas turísticos no muestran.

Es gratificante saber que, a veces, llegan cartas…

Sin otro particular,

De Bueno & Quintero.

domingo, 13 de julio de 2008

THE DEATH AND THE MAIDEN (1994)

La Muerte y la Doncella: “Recuerdos que hablan”

Director: Roman Polanski.
Guión: Ariel Dorfman, Rafael Yglesias.
Protagonistas: Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Stuart Wilson.
País: UK USA France
Duración: 103 min.

Algo terrible ha ocurrido en el pasado de Paulina y la atormenta el recuerdo de los hechos que tuvo que vivir, aunque su vida haya cambiado. En una noche de lluvia la oportunidad de encontrar “justicia y reparación” llega hasta la puerta de la casa de Paulina de la mano de Gerardo, su esposo. Desde ése momento tres personajes (un acusado, un acusador, un juez) se verán enfrentados a la búsqueda de la verdad en una extraña “noche del juicio”.

En Colombia se viven a diario situaciones atroces de las que no tenemos o no queremos tener conocimiento. ¿Acaso es necesario que la desgracia toque nuestras puertas para tener conciencia de lo que nos está ocurriendo? Tales hechos han tenido efecto: nos han aterrorizado y nos están dejando en silencio, en un país donde la cultura de la denuncia no existe. Estamos perdiendo la libertad de expresión y la confianza en un futuro mejor. Tenemos miedo de los golpes, de las humillaciones o de la muerte que reciben quienes dicen lo que piensan.

Hay quienes mueren. Hay quienes han estado al borde de la muerte y han sobrevivido. En cada caso se entabla un diálogo con la muerte. Quien ha visto a la muerte de frente o se ha visto privado de la libertad no puede borrar las secuelas de la experiencia, para ellos el olvido no es una opción. Es el infierno que vive Paulina por atreverse a pensar. En esta “noche del juicio” Gerardo no entiende y le parece irónico lo que está pasando, las casualidades existen (como las brujas aunque no se deba creer en ellas). Quiere creerle a su esposa pero piensa que está resentida y paranoica. ¿No es natural el resentimiento y la paranoia después de vivir un horror semejante?

Un sobreviviente se enfrenta también a la incomprensión. A la soledad de haber pasado por una experiencia incomunicable. Gerardo no puede siquiera imaginar lo que Paulina ha vivido. ¿Cómo creer en lo que ella dice? ¿Cómo comprender lo que ella hace? ¿Cómo desconfiar de Roberto? Un señor tan formal, que lo sacó de un lío con su carro, que habla de Nietzsche y que adora a Schubert. Un hombre como cualquier otro ¿cómo puede hacer tanto daño? Al igual que Gerardo, estamos acostumbrados a pensar que quienes son capaces de acciones criminales tienen algún rasgo distintivo, que son enfermos mentales o que su “maldad” es evidente. Son imaginarios que los medios de comunicación contribuyen a fortalecer. ¿A quién le creemos en Colombia? ¿A las víctimas, que muchas veces carecen de voz? ¿A los medios que son a veces cómplices de los victimarios?

Dirigida por Polanski en su etapa interesante y arriesgada, “La Muerte y la Doncella” está basada en la obra de teatro de Ariel Dorfman, lo cual le da un tono íntimo, a veces claustrofóbico. A través de las actuaciones y los pequeños detalles se nos revela paulatinamente lo que ocurrió, la tragedia que años atrás vivió Paulina. Posee una excelente banda sonora que nos lleva de la calma a la desesperación, en un inquietante vaivén. Al compás de la música de Schubert, Paulina pone en juego todo sus recuerdos y le apuesta a la búsqueda de la verdad, a la justicia. Hay quien dice que la verdad no existe, que depende del punto de vista de cada quien. Algo nos dice que esto no puede ser cierto, que los relatos se pueden alterar pero la verdad está en alguna parte esperando ser encontrada. Los protagonistas descubren que la verdad libera, es el camino hacia el perdón.

Lo cierto es que vivimos más cerca de la muerte de lo que creemos: no sólo la muerte física por supuesto, también la muerte de la ilusión. La muerte y el sabor que ella irradia son una compañía constante, más o menos evidente. “La Muerte y la Doncella”: cualquier parecido con la realidad colombiana es pura coincidencia.

lunes, 30 de junio de 2008

THE HOURS (2002)

The Hours "Un día en la vida, toda la vida en un día"
Director: Stephen Daldry
Guión: David Hare basado en la novela homónima de Michael Cunningham
País: USA, UK
Duración: 114 minutos.

Según Goethe hablar es fácil y pensar es difícil, pero vivir según se piensa es aún más difícil. Stephen Daldry nos cuenta en “The Hours” el momento en el que tres mujeres toman las riendas de su destino, bien por su propia voluntad o forzadas por las circunstancias. Lo que ocurra después no importa. Ése instante preciso en el que las vidas de las protagonistas cambian para siempre es lo único importante.

¿Qué quiere una mujer? Virginia quiere escribir un libro que narre sólo un día de la vida de una mujer y, a la vez, toda su vida en un día. ¿Virginia quiere vivir a través de su personaje? Laura, que vive a través de los libros, lee el libro que ha escrito Virginia; es entonces cuando descubre que quiere vivir a través de si misma. Clarissa vive a través de su único amor, del amor de su vida. Clarissa (que hubiese podido protagonizar el libro de Virginia) no sabe vivir de otra manera.

Lo más difícil de abordar esta película es no exponer nuestros sentimientos. Aunque sólo se narra un día en la vida de cada una de las protagonistas la historia es compleja y, en cierto sentido, ajena a nuestra cotidianidad. Sin embargo nos deja esa sensación inexpresable de los domingos, a las 5:30 de la tarde, cuando toda la ciudad está vacía y nos damos cuenta de cuan solos nos podemos sentir o de lo solos que realmente estamos. No se trata únicamente de la soledad urbana, es también la soledad interior, ésa que se siente cuando uno se enfrenta consigo mismo y está obligado a verse tal cual es. Se trata de una soledad inevitable porque (así como en la enfermedad o en la muerte) nadie, aunque quisiera, nos podría acompañar en ése momento.

“The Hours” pone de manifiesto la vulnerabilidad del ser humano, que trasciende las épocas y costumbres. A veces las personas prefieren arraigarse en alguna parte para iniciar la búsqueda de la felicidad, en vez de ir al encuentro de sí mismos. ¿Qué tan honestos somos con nosotros mismos cada día? Quizá el mero acto de encajar es falso e irresponsable con nuestra propia vida. A veces no recibimos más pistas sobre nuestras equivocaciones que el aburrimiento que se deposita lentamente en nuestras vidas y que termina por convertirse en desesperación y tristeza por todo el tiempo perdido. El tiempo no nos dice nada hasta cuando ya es demasiado tarde, cuando ya hemos desperdiciado nuestros talentos.

Una cinematografía impecable nos envuelve para transportarnos al universo de estos personajes. La fotografía es brillante, invita a pensar con serenidad en los destinos de los protagonistas, por tristes que sean. La música, abiertamente hermosa, funciona como un hilo conductor que enlaza las vidas de tres mujeres que representan lo humano, lo sensible y lo triste de las generaciones en las que vivieron.

¿Qué significa estar vivo? No basta con estar al lado de alguien que nos ama, no basta con la esperanza de que un día cambiarán las cosas. No es suficiente un pastel de cumpleaños, un cambio de ciudad o una fiesta. ¿Hace falta que alguien muera para comprender lo que estar vivo significa?

miércoles, 11 de junio de 2008

LA COMUNIDAD (2000)

La Comunidad (2000) “Pueblo pequeño, Infierno grande”

Director: Álex de la Iglesia.
Guión: Jorge Guerricaechevarría, Álex de la Iglesia.
Protagonistas: Carmen Maura.
País: España.
Duración: 110 minutos.

Hay quienes tienen la suerte de tener talento y hay quienes tienen el talento de tener suerte. Ninguno de los dos casos es el de Julia, una mujer cínica ya entrada en años a quien sorpresivamente la vida le sonríe. Su torpeza y ambición le impiden percibir que es una sonrisa sarcástica. Para estar a la altura de las circunstancias deberá salir de un nido de cucarachas y enfrentarse a una comunidad de “gente fea” que hace tiempo dejó de oír la voz de la razón para dejarse gobernar por el instinto. Es una comunidad de seres sordos, repulsivos, tontos y mezquinos que ha pervertido el concepto de solidaridad y lo ha convertido en un mero concierto para delinquir.

Se trata de una comedia. Una película con una dirección sólida, cuyo sentido del humor es claro y directo. Y muy, muy negro. Se desarrolla en un microcosmos bien conocido por Alex de la Iglesia, habitado por seres perdedores pero ambiciosos, con lugares oscuros cuyo olor casi se puede sentir. O al menos esa fue la impresión que me dio, quizá por haberla visto en el desaparecido teatro Cinelandia (en Bogotá), cuando ya estaba punto de ser destruido. Lo cierto es que las películas del director abundan en detalles que nos sostienen entre lo absurdo y lo cotidiano y “La Comunidad” no es una excepción.

El guión tiene momentos brillantes que generan la risa culpable de las situaciones que son al tiempo cómicas y atroces. ¿De qué lado estamos cuando vemos la película? ¿De qué lado estaríamos si la situación fuera real? No se trata de un guión equilibrado, no fue construido con precisión milimétrica y esto hace que la historia pierda credibilidad. Sin embargo la idea general de la película es muy buena, se complementa con una excelente dirección de actores y una cinematografía muy bien cuidada, que transmite la sórdida atmósfera de abandono en la que surge lo peor de las conciencias de sus habitantes. “La Comunidad” es intensa, con escenas impactantes y una intención (a nuestro modo de ver) muy clara: mostrar una sociedad enferma y fea, deshumanizada, donde paradójicamente sobreviven los más tontos.

domingo, 1 de junio de 2008

EL REGRESO (2003)

El Regreso (Vozvrashcheniye) "Pasos de animal grande".
Director: Andrei Zvyagintsev
Guión: Vladimir Moiseenko & Alexander Novototsky
Protagonistas: Vladimir Garin, Ivan Dobronravov, Konstantin Lavronenko, Natalia Vdovina
País: Rusia
Duración: 105 minutos
El pasado 26 de mayo en uno de los canales colombianos presentaron la película del director ruso Andrei Zvyagintsev “El Regreso”, una película de atmósferas frías y distantes que se convierten a veces en un símbolo del interior de los personajes. La historia transcurre a lo largo de una semana, acaso la semana más significativa de sus vidas, en espacios abiertos y solitarios que invitan a reflexionar, a darse cuenta de que sólo somos granos de arena luchando cada día para tomar posesión de un lugar propio. El miedo es una emoción humana que lleva de la mano a la vergüenza a quien lo padece. Sin embargo el miedo y la cobardía no son la misma cosa, después de todo el miedo es también una emoción inteligente que a veces evita que uno corra riesgos innecesarios. Sentir miedo no nos hace incapaces de confrontar nuestra propia vida.
¿Qué es una familia? El viejo esquema de padre, madre e hijos nunca fue adecuado para describir las diferentes estructuras familiares que las sociedades posibilitan. Después de tener un enfrentamiento, Andrei y su hermano menor Iván vuelven a su casa y se dan cuenta de que su padre, al que no conocían, ha regresado. Pero no hay alegría, no hay un clima de celebración. Al contrario el silencio y el suspenso se apoderan de la mesa familiar, donde esta “nueva” persona sólo trae la duda.
Con los dos hermanos descubrimos a este “ser supremo”, que no teme ejercer su autoridad y se siente en pleno derecho de irrumpir en medio de la tranquilidad de esta familia. El padre es un hombre enigmático que no quiere dar explicaciones sobre su pasado o sobre su ausencia, pero quiere ser obedecido como el padre que no ha sido a lo largo de doce años. Iván y Andrei tienen actitudes muy diferentes con respecto a su padre. Mientras que Andrei se somete a esa autoridad impuesta de buenas a primeras, Iván quiere saber algo más de ese desconocido que ha regresado. Andrei quiere incorporar al desconocido al círculo familiar pero Iván se resiste a ello, él no necesita un padre.
El padre pretende reprimir esta hostilidad. Demasiado tarde se dará cuenta de que no hay enemigo pequeño, que no bastan los lazos de sangre para imponer el respeto o el cariño debidos a un padre. El silencio gana, todas las cosas no dichas se vuelven en contra de él. El desenlace del padre les revela a los dos hermanos, aislados del mundo, un nuevo sentido de fraternidad. Es quizá por esto que el regreso ha valido la pena.

miércoles, 28 de mayo de 2008

LITTLE CHILDREN (2006)

LITTLE CHILDREN (2006) ¿Secretos Íntimos?
Director: Todd Field.
Guión: Todd Field & Tom Perrotta
Protagonistas: Kate Winslet, Jennifer Connelly, Patrick Wilson, Jackie Earle Haley.
País: Estados Unidos.
Duración: 130 minutos.
De Secretos Íntimos a Little Children hay una inmensa diferencia. El título original – Niños Pequeños – está profundamente ligado con el desarrollo de la historia mientras que el título impuesto por los distribuidores no muestra el menor respeto por la obra original, tal como ocurre con “Una Relación Pornográfica”. Tanto el título “Secretos Íntimos” como el trailer de la película sugerían una historia erótica con protagonistas de primera línea (Kate Winslet y Jennifer Connelly, ganadoras del Premio de la Academia) y dirigida por Todd Field, a quien recordamos por “In The Bedroom”. “Little Children” – como “In the Bedroom” – posee una atmósfera asfixiante, con muchos planos cerrados que sugieren que el mundo exterior no existe.
Basada en la novela de Tom Perrotta del mismo nombre, nos muestra una sociedad de adultos que se comportan como “niños pequeños”, que no saben lo que tienen ni lo que quieren. Seducidos completamente por los medios audivisuales han perdido todo interés en sus propias vidas, que ya no les ofrecen ninguna sorpresa. Los parámetros de felicidad ya han sido definidos: es suficiente realizarse profesionalmente y tener una familia. Una vez que el sentido de la vida ha sido trazado la única preocupación debe ser seguirlo. ¿Qué hay después?
Adquirimos conciencia de la historia a través de la narración de un dios omnipresente, que nos revela los “secretos” que cada uno tiene, como en un documental de National Geographic sobre el comportamiento de alguna especie animal. Los protagonistas viven en una sociedad que no les corresponde y no son capaces de cambiar esa situación, se resignan a su destino simulando ser felices. Descubrimos las vidas frustradas de los personajes, se hace evidente que las sociedades humanas no pueden dar cabida a todos los individuos. El destino trazado previamente los ha defraudado y al final del camino no se encuentra lo que esperaban... ¿acaso sabían qué era lo que esperaban? No queda ya la satisfacción de haber intentado algo, sólo la sensación de fracaso. Se mueven en una existencia sin sentido, sin preguntas. No van ya en busca de sí mismos, quizá tienen miedo de no encontrar mayor cosa.
Sus deseos debieran estar colmados por el bienestar en el que viven, lo paradójico es que no es así. Demasiado tarde se dan cuenta de que no hay marcha atrás. Quizá este es el precio que se paga por no defender los sueños, dejar que las decisiones importantes sean tomadas por alguien o algo más, casi siempre una sociedad paranoica que para defenderse diseña las vidas de sus miembros, incapaz de prever que siempre hay un elemento de riesgo en el comportamiento humano. Una sociedad con tanto miedo que incluso es incapaz de reconocer el peligro al que teme. Ellos han dejado que una sociedad enferma decida el curso de sus vidas, ¿no deberían ser obvias las consecuencias?

domingo, 11 de mayo de 2008

THE EXORCIST (1973)

El Exorcista, película de terror en tres dramas

Director: William Friedkin
Guión: William Peter Blatty
Protagonistas: Ellen Burstyn, Max Von Sydow, Linda Blair, Jason Miller.
País: Estados Unidos.

Drama Uno – La maldad de la realidad

Demian Karras trabaja como consejero espiritual de la comunidad religiosa a la que pertenece. Sin embargo está perdiendo la fe (el motor de un sacerdote), no sólo la fe religiosa, sino incluso la confianza en si mismo. Su madre es una anciana solitaria que está enferma y él no es capaz de hallar la manera de ayudarla. Siente que se equivoca como cura, como psiquiatra y también como hijo. Empieza a sentir que todos los esfuerzos son inútiles, que salvar o curar a alguien no pasa de la mera intención. La maldad de la realidad se convierte para él en un obstáculo insalvable. La muerte de su madre lo sumirá en la incertidumbre y la culpa. En estas circunstancias aparece la madre de Regan MacNeil, una niña cuya enfermedad ha trascendido todo diagnóstico médico. La idea de que está poseida por un demonio es descartada por el mismo Demian, quien está dejando de creer tanto en Dios como en el diablo. El sufrimiento de la niña lo cuestiona, se compromete con su salvación y hace lo necesario para el exorcismo. ¿No se supone que si el demonio es real entonces también lo es Dios? Pero aunque Demian puede oir claramente la voz del diablo no percibe de Dios más que su silencio. Ante tal silencio es Demian quien debe hablar, descubre que el único sacrificio posible es la propia vida y le grita al demonio “¡Tómame a mi!”. Es la única manera de liberar a Regan ¿la única manera de que la vida de Demian adquiera algún sentido?
Drama Dos – La realidad del mal

Chris MacNeil es una exitosa actriz que ha permanecido ajena a los temas místicos. Es una mujer escéptica, de carácter, que vive el presente. En medio de esta aparente indiferencia sólo el amor por su hija la conmueve realmente. La enfermedad de Regan la sumirá en un desconcierto brutal, los desacertados diagnósticos la enfrentarán con la indiferencia del mundo. El terror que Chris siente es el terror de la ignorancia: ella no sabe qué tiene su hija, no sabe qué puede hacer para ayudarla. Se trata de la inexplicable irrupción del mal en su vida. La religión ofrece una solución que depende de cosas que Chris no puede ver, acudirá a ella como un último recurso. No tenemos certeza de que ella vea en la fe un mecanismo de salvación para su hija, pero ¿qué otra cosa puede hacer? Ella explora todas las opciones sin comprometerse con ninguna, sólo está comprometida con el bienestar de su hija. El personaje resulta interesante por su solidez, a pesar de todo el horror que debe presenciar no se convierte en una ferviente católica al final. Sólo quiere olvidar lo que ocurrió pero no es consciente del sacrificio que salvó a su hija.
Drama Tres – El mal es un patrimonio de la humanidad
Todos somos vulnerables al mal. Nos conmueve ver a una niña que sin tener un criterio claro de lo que es bueno o malo, es víctima de una enfermedad sin nombre. ¿Qué maldad pudo haber cometido para ser presa de un horror semejante? Se trata de un mal injustificado y por lo tanto más terrible. Nos damos cuenta de que el mal se ejerce mejor sobre los débiles, cuanto más débil es la víctima más espantoso resulta. La creencia popular de que los buenos van al cielo y los malos al infierno pierde todo sentido y lo notamos a través de esta niña. Ante su sufrimiento sólo se puede dudar de la utilidad de Dios. Sin embargo una interpretación religiosa afirmaría que las cosas horribles ocurren para que se descarte la posibilidad de que Dios existe y sumirnos así en la duda y el desamparo. Al final Regan no recuerda nada, sólo quedan las cicatrices corporales pero ¿qué hay de las cicatrices psíquicas? Quizá ella olvida para reprimir todo el dolor que le causaría recordar constantemente su sufrimiento.
Cuando se estrenó “El Exorcista” en 1973 eramos aún muy pequeños para darnos cuenta del impacto que la película pudo haber tenido. En el 2000 fue catalogada como “la película más aterradora de todos los tiempos” y estrenada nuevamente con escenas nunca antes vistas. Descubrimos su vigencia como película de terror y como drama humano. En un mundo que navega tan decididamente hacia el escepticismo ¿sigue estando tan vigente el conflicto entre el bien y el mal?

domingo, 20 de abril de 2008

UNE LIAISON PORNOGRAPHIQUE (1999)

Una Relación Pornográfica
Director: Frédéric Fonteyne
Guión:
Philippe Blasband
Protagonistas:
Nathalie Baye, Sergi López
País: Francia, Suiza, Bélgica, Luxemburgo.
Duración: 80 minutos.
Año: 1999.

El título “Una Relación Íntima” no prometía mayor cosa y el afiche – publicado en el ya acabado teatro Radio City de la carrera 13 # 41 – 28 en Bogotá – evocaba esas películas a medio camino entre el porno y el así llamado “cine – arte” como Bilitis, La Historia de O o Las Edades de Lulú. El título original, escondido en la parte inferior del cartel, era un tanto más agresivo y honesto: Una Relación Pornográfica. Como era una tarde de cine compré la boleta y entré a verla. Me arriesgué a ver un film promocionado como película para adultos y me encontré con una película adulta. Contada de una manera sencilla y directa, con actuaciones precisas y bien dirigidas, “Une Liaison Pornographique” es una película equilibrada desde el punto de vista formal y argumental. Su director Frederic Fonteyne acude a la espontaneidad de los actores, incluso a sus rasgos más naturales para enfatizar su humanidad, la universalidad de su soledad y sus necesidades.

“Une Liaison Pornographique” cuenta la historia de una mujer y un hombre de unos 40 años que se conocen por medio de un contacto en una revista pornográfica; inicialmente acuerdan que sólo habrá sexo entre los dos. Cada jueves se encuentran en un café con el único compromiso de tener sexo en un cuarto de hotel al que no tenemos acceso. Más que acción la película tiene diálogos. Vemos los rostros de los personajes al hablar de sus intimidades y percibimos su complicidad con la cámara. Los diálogos evidencian la humanidad de dos personas que aunque en principio están dispuestas a asumir una “relación pornográfica” (en palabras de la protagonista), descubren que el cumplimiento del deseo sexual no es suficiente. Para cada uno de ellos, el cuerpo del otro deja de ser un mero instrumento.

En medio de la fantasía sexual, que ellos celebran cada jueves como un ritual, aparece la realidad: un anciano desconocido, quizá tan anónimo y solitario como ellos, muere en uno de los pasillos del hotel. La conversación con su viuda les muestra una relación descompuesta por los años, los cuestiona sobre el implacable paso del tiempo y la consecuente transformación de los sentimientos. Esto los obliga a tomar una posición con respecto a su propia relación. En el penúltimo encuentro es evidente, a través de las palabras de ella y el llanto de él, que ambos están enamorados. Pero no basta con el amor para ponerse a salvo de los efectos de la rutina o la convivencia diaria. Una relación más estrecha que el simple encuentro de los jueves va a requerir sacrificios que podrían resultar inútiles. Los testimonios finales al entrevistador (oculto para el espectador) ponen de manifiesto el miedo de los protagonistas. No hay una señal que les muestre el camino y deciden que es mejor separarse. En ése momento resulta claro para ambos que toda la belleza de su relación desaparecería al dar un paso más.

Es habitual que las personas solitarias sean vistas con desconfianza; se les suele considerar, de alguna manera, incompletas. La película nos deja la sensación de que es posible asumir la soledad como una opción de vida válida. Hoy en día, gracias a Internet, los contactos en revistas se usan cada vez con menos frecuencia. ¿Por qué la gente acude a estos medios para conocer a alguien? Se puede pensar que es a causa del temor a la soledad o al rechazo. Quizá se trata de personas que no tienen nada que perder. ¿Acaso puede ser el simple gusto de tener sexo sin compromiso?