El silencio...

El silencio...
...debe romperse

viernes, 22 de agosto de 2008

SHALLOW GRAVE (1995)

Tumba a Ras de la Tierra: "Un amigo es una luz"
Director: Danny Boyle
Guión: John Hodge
Protagonistas: Kerry Fox, Christopher Eccleston, Ewan McGregor.
País: U.K.
Duración: 93 minutos
¿Qué es un amigo? Hace unos años recibí una respuesta a esta pregunta en una esquela de adolescencia. Decía: “Un amigo es alguien con quien te atreves a ser tú mismo”. En aquella época parecía una respuesta satisfactoria. Después de todo con los amigos uno la pasa bien, aprende a aprender y empieza a identificarse o a definirse. Con los amigos se aprende también a vivir y a pensar. Se dice que la amistad que puede acabar nunca fue verdadera, pero la amistad es una construcción humana y por lo mismo tiene falencias. Sabemos que ningún amigo nos soportaría tal cual somos, al fin y al cabo una vida humana vista demasiado de cerca causa cierta repulsión. Así empezamos a calcular, a hacer sumas y restas, a determinar que nos conviene y a qué podemos atenernos. Con los amigos se pueden hacer muchas cosas, tomar muchos riesgos... Pero aún en la amistad más sincera hay límites. Juliet, Alex y David no son conscientes de ese pequeño detalle, esa es la historia de “Tumba al Ras de la Tierra”.
“No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti”. Observar esta regla elemental podría ponernos a salvo del animal humano. No se trata de mero altruismo, es más bien una precaución sana, al fin y al cabo cada persona es una caja de sorpresas. Bien puede ser que esos seres débiles, de quienes a veces es tan fácil aprovecharse, tengan un as bajo la manga. Casi cualquier virtud humana, casi cualquier defecto, se puede convertir en un arma si se usa adecuadamente. Y en situaciones extremas uno es capaz de aprender lo que sea para defenderse.
Vivimos en un mundo capitalista. No en vano la codicia es uno de los siete pecados cardinales. Si todo se puede comprar, lo único que hace falta es tener dinero para adquirirlo. Si no se tiene entonces se desea tener. Si ya se tiene entonces aparece el anhelo de tener más, el afán de que nadie tenga lo que nosotros tenemos. La ambición rompe el saco y nos convierte en seres miserables, no por no tener sino por no saber qué hacer con lo que tenemos. Con el dinero jugando un papel tan importante en nuestras vidas, es fácil olvidarse de todo. La amistad es un accesorio decorativo, sólo es importante si se necesita. Las personas sirven y se tienen en cuenta cuando son útiles, pero cuando dejan de serlo es preciso desecharlas. Eso no significa que no las queramos, sino que ya no tienen lugar y no hacen sino estorbar.
Nuestra cultura cada vez valora más el hecho de que para ser respetado deba perderse todo escrúpulo. La moral o la lealtad pierden todo su valor cuando los bajos instintos se vuelven tan importantes. El dinero no sólo hace falta sino que puede conseguir la felicidad, así que no importa como llegue. La antigua regla de conseguir fortuna con sacrificio y trabajo nunca fue muy popular. Una vez se adquiere lo que no se tenía hay que volverse avaro y egoísta, no desperdiciarlo, no compartirlo. En ese momento los amigos sobran. Además siempre nos queda el consuelo de pensar que ellos hubieran hecho lo mismo de haber estado en nuestro lugar.
Esa es la historia que nos cuenta “Tumba a Ras de la Tierra” a través de un guión emocionante y cruel. Hay momentos de suspenso y otros en los que es inevitable reírse. A veces es una risa que quiere espantar el miedo: la historia es tan creíble que no podemos dejar de pensar ¿qué pasaría si yo...? Cada personaje aporta un matiz de complejidad, una cuota de realismo. Uno termina imaginándose que la amistad es una prueba de resistencia, una bomba de tiempo... ¿cuándo llega el momento? Quizá con el cinismo, quizá con el egoísmo... Quizá estallamos cuando la ambición es tanta que nos enloquece y entonces matamos y comemos del muerto. Esa misma ambición puede guiarnos también y convencernos de que somos lo suficientemente listos para tomar la sartén or el mango y manipular adecuadamente las fichas.
Como en “La Comunidad” este guión nos enseña que hay una sola oportunidad. La idea es pensar muy bien la jugada, mandar el zarpazo y ganar. Hay que estar dispuesto a aguantar lo que sea, pero eso sí: nunca perder la cabeza fría. Es una agradable sorpresa del guión que quien finalmente gana es el animal carroñero. En efecto el supuesto inútil y débil supo jugar bien su carta tuvo más astucia y sagacidad.
¿Hay una receta para la amistad? Por supuesto que no. Uno sabe que debe ser frío y cauteloso y que puede confiar hasta cierto punto, pero también sabe que es totalmente inútil tomar precauciones. Se puede actuar esperando siempre que pase lo mejor posible, pero con los pies en la tierra.

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