El silencio...

El silencio...
...debe romperse

domingo, 31 de mayo de 2009

The Silence Of The Lambs (1991)

El Silencio de los Corderos: Los inocentes no se callan.

Director: Jonathan Demme
Guión: Ted Tally basado en la novela de Thomas Harris
Protagonistas: Jodie Foster, Anthony Hopkins
País: USA
Duración: 118 minutos.

Una delgada membrana separa nuestra vida pública de nuestro lado oscuro. Hay una parte de nosotros que, conciente o inconcientemente, dejamos en tinieblas. Hay cosas de nosotros mismos que preferimos que nadie vea. Nadie. Ni siquiera nosotros mismos. Cuando Clarice Starling desciende hasta el sótano en el que se entrevista por primera vez con Hannibal Lecter esa membrana empieza a volverse translúcida. El cristal que separa a Lecter de Clarice, le permite también a ella ver su propio reflejo. En efecto, ella se verá a sí misma como nunca antes lo había hecho.
Sólo palabras mediarán entre Clarice y Lecter. Sin embargo cada una de las palabras que se dicen tiene la virtud de alterar la visión de la realidad. Cada palabra es un afilado instrumento que horada el pasado, y por lo tanto hace tambalear el presente. Las palabras de Lecter pueden incluso matar y de hecho matan a su vecino de celda. En el caso de Clarice, Lecter quiere otra cosa. Sus palabras harán que Clarice tome las riendas de su propia vida. Lo que ocurra después, querida Clarice, es problema tuyo.
En “El Silencio de los Corderos” el pasado y el presente se mezclan para curarse mutuamente. Clarice nunca ha reflexionado sobre su existencia y sus motivaciones. ¿Para qué convertirse en una detective del F. B. I.? Quizá para seguir por una calle que ya otros trazaron. Al fin y al cabo basta con hacer lo que otro dice. Clarice debe pensar más en los demás que en sí misma. Pero Lecter aparece para mostrarle que el camino de la evasión sólo la conducirá hacia ella misma, hacia ese lado oscuro que en elgún momento decidió no ver más. Ella descubre que bajo su aparente vida vacía hay otra cosa, no puede seguir sintiéndose protegida. Los demonios que la habitan siguen vivos, seguirán vivos hasta que ella decida ocuparse del asunto.
Lecter es un enemigo. La bestia. El nombre “Caníbal” no es suficiente para describir lo que Lecter es. Un hombre cuya inteligencia lo sitúa en la posición de decidir quien muere y quien vive. Clarice quiere salvar una vida. Quizá no sabe que es su propia vida la que quiere salvar. Lecter la ayudará a saberlo. Le dará también la oportunidad de seguir una carrera brillante, de dar lo mejor de sí y ser y aprender a ser completamente ella. El miedo es un arma que Clarice no sabía usar y que, finalmente, le salvará la vida.
Somos seres insatisfechos. Incompletos. A veces necesitamos desesperadamente una razón para amarnos, al no encontrar nada inventamos un argumento. El horror aparece cuando ese “amor propio” no quiere respetar ya nada y la debilidad del otro se vuelve el instrumento perfecto para la autosatisfacción. Si, el horror llega cuando de verdad creemos que el fin justifica los medios. Una vez se cruza esa barrera se es capaz de cualquier cosa.
Es una película. Las espantosas imágenes de sangre, dolor y violencia nos conmueven menos porque pensamos “es una película”. Lo que ocurre es que la realidad puede ser aún más espantosa y no se requiere ir muy lejos para comprobarlo. En ciertas circunstancias el proceder de los seres humanos es completamente inhumano. En un escenario semejante, la frase “ayúdate que yo te ayudaré” adquiere un significado macabro. Es una consecuencia natural de la ligereza con que ahora asumimos el terror y la violencia. El silencio de los inocentes ha vuelto a los inocentes culpables. El silencio se convierte en indiferencia. La mente se contrae, se limita. Al callar nuestro entorno se empobrece. El silencio... debe romperse.
Se trata de una película magistralmente dirigida, con un excelente guión y muy buenas actuaciones. Es un ejemplo inmediato de película armoniosa. La dirección de arte, inspirada en la obra de Francis Bacon, es admirable. Pudo ser un trhiller más (como algunas de sus secuelas, precuelas y demás) pero se convirtió en un drama sobre la introspección y la búsqueda de la propia liberación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues nada...ya era hora de comentar tan memorable obra y por supuesto su escrito le rinde honor...me gustaria saber que viene pero si no tiene pensado ninguna pues les recomiendo que hablen del paciente Inglés para rendirle un tributo a Antony...
PD: quedaron divinos en las fotos.

El Hombre Amarillo dijo...

Señores ilustres, cuando piensan actualizar?

Un saludo....y los buenos recuerdos XD...